martes, 21 de febrero de 2012
Un final feliz (Cristina)
Por fin se ha acabado… qué clase tan pesada. Y encima tengo hambre. A ver si llego ya a casa y descanso y meriendo a gusto. Hoy ha sido un día largo y duro. Y qué mala suerte que la escuela de idiomas me pille tan lejos de casa, el autobús me hace perder mucho tiempo, ojalá tuviera coche propio.
Alejandra (A) está caminando por la calle cuando a lo lejos ve el autobús.
¡No puede ser! ¡El autobús acaba de parar! Y yo aún tengo que cruzar estas dichosas calles llenas de coches que, por supuesto, nunca paran por muchos pasos de peatones que pongan. Vamos, vamos… que se va y entonces tendré que esperar un buen rato hasta que llegue el siguiente.
La joven no llega a tiempo y el bus se marcha.
Definitivamente hoy no es mi día. Suerte que esta parada al menos tiene asientos.
Alejandra observa asombrada una especie de cortina colgada a modo de probador en la estructura de la parada del autobús.
¡Ala! ¿Pero qué han puesto aquí? Voy a ver qué hay dentro…
De pronto, antes de que a Alejandra le dé tiempo a asomarse a ese espacio, sale un joven (B) del interior muy sonriente.
- (B) ¡Hola! ¿Te gusta cómo me queda esta chaqueta?
¡Qué susto! ¿Y el loco este quién es? ¿Qué me dice ahora de si me gusta la chaqueta?
- (A) Pues… sí… supongo… no está mal…
- (B) ¡Gracias! Espera que me pruebe otra cosa y ahora me dices.
Madre mía donde me he metido… que yo sólo quería coger el autobús… A ver si viene alguien más a la parada que esto me da mala espina.
Entonces llegan un chico de unos 30 años (C) y una mujer de unos 50 (D) simultáneamente a la parada.
Menos mal, viene gente, así se lo dirá a ellos también.
Sale de nuevo el joven con otro atuendo.
- (B) ¡Buenas tardes! ¿Qué tal me queda este jersey con esta bufanda? ¿Consideran que es una buena combinación?
- (D) – ¡Anda! ¿Y esto qué es? ¡Qué chico tan simpático! Pues sí que te queda bien, me gusta mucho.
- (B) ¡Muchas gracias! Voy a probarme otra cosa
- (D) Oye guapa, ¿sabes qué es esto?
- (A) Ni idea, cuando he llegado ya estaba así y el chico me ha preguntado si me gustaba cómo le quedaba una chaqueta, parece que se está cambiando de ropa ahí dentro.
- (C) ¿Y para qué será? A ver con qué nos sorprende ahora.
- (B) ¡Mirad qué pantalones! ¿Les gustan?
- (Todos, simultáneamente y riendo) ¡Sí! ¡Son muy bonitos!
De pronto, llega el autobús.
Vaya, ya está aquí, se me ha pasado la espera volando. Qué situación más rara, pero la verdad es que ha estado bien, ha sido divertido. Y parece que me he animado un poco. Además, la mujer y el chico eran muy simpáticos.
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