martes, 27 de marzo de 2012

Ruido blanco propio




Un modo de representar el ruido blanco sin necesidad de emplear grabaciones, es mediante el sonido producido por una bolsa al arrugarse.

Hemos utilizado diferentes bolsas de papel y plástico de diferentes grosores y tamaños.

Estas son las distancias mínimas para que un ruido común como el de una bolsa de plástico (o papel) lo escuchemos como el ruido blanco.

martes, 13 de marzo de 2012

Sonido quebrado

Este proyecto estudia el fenómeno del ruido blanco, su composición y su utilidad.

El ruido blanco es un ruido de frecuencia irregular difícilmente audible en una situación normal del ser humano, pero que siempre está ahí y que su ausencia sería incómoda. Este ruido está compuesto por ondas de frecuencias regulares superpuestas. Por ello se ha empleado un dispositivo (el absorbente Helmholtz) que permite descomponer este ruido complejo en sus ondas simples.



El resonador de Helmholtz es un instrumento musical electrónico primitivo que lo inventó el físico y matemático alemán Hermann Ludwig Ferdinand von Helmholtz. Estos resonadores básicamente, consisten en una serie de esferas huecas de vidrio con dos cuellos tubulares cortos y abiertos.



Cada esfera tiene sus dos cuellos situados en extremos diametralmente opuestos. Uno de los cuellos se aplica al oído mientras el otro se acerca a la fuente de sonido. Si la composición del sonido contiene una frecuencia igual o muy próxima a la frecuencia resonante de la cavidad del resonador, éste la amplifica permitiendo percibirla aisladamente. Utilizando una serie de este tipo de resonadores es posible tener una idea muy aproximada de las distintas frecuencias que componen cada sonido estudiado. Conclusivamente, de esta manera se puede deducir que los sonidos complicados están compuestos por un conjunto organizado de otros sonidos más simples que son posibles de aislar y escuchar con los resonadores de Helmholtz.


Una aplicación del ruido blanco es su utilización con fines relajantes. Éste ayuda a controlar ruidos no deseados uniéndose a otros monótonos, sin sobresaltos, naturales, que favorecen la relajación y el sueño. Algunos de estos son el sonido de las olas del mar, el de las hojas ajetreándose por el viento, el de la lluvia, etc. A esta serie de sonidos naturales se les suman algunas melodías suaves que fomentan esta función de tranquilidad y concentración.



Luz quebrada

Este proyecto estudia la obtención de un arco iris artificial a partir de luz natural solar y lluvia forzada por nosotros. Así conseguimos crear esa sensación agradable que produce ver este fenómeno.

En los lóbulos parietales se desarrolla el sistema emocional y el sistema valorativo. El sistema emocional compromete a todo el cerebro y, en retro-alimentación, a todo el cuerpo del individuo. Se ubica principalmente en el área bastante arcaica llamada sistema límbico. Dentro del sistema límbico, las 2 amígdalas cerebrales (situadas cada una detrás del ojo, a una profundidad de aproximadamente 5 cm), se focalizan las emociones básicas (temor, agresión, placer) que tenemos y que damos cuando algo o alguien interfiere en la actividad que esté haciendo en el exterior. Por ello cuando vemos un arco iris, esta glándula reacciona, dándonos esa sensación agradable.




Se ha realizado un estudio para determinar la posibilidad de observar un arco iris en la naturaleza. Los factores a tener en cuenta son la inclinación del Sol respecto al plano horizontal (45º) y la cantidad de lluvia. Por ello, gracias a una carta solar, se ha calculado en qué horas del día de cada uno de los meses del año se da esta inclinación (idónea). Debido a los márgenes de error que se pueden dar (inclinación no exactamente de 45º, lluvia inclinada por viento, etc.) hay una degradación en esa curva de la situación ideal.



En el último dibujo se muestra la descomposición de la luz blanca en sus diferentes colores a través de elementos domésticos para comprobar la teoría de los 45º.

A partir de este estudio se pretende ofrecer la posibilidad de ver un arco iris con más frecuencia de la habitual.



lunes, 5 de marzo de 2012

Onda continua

Una evocación sonora del mar puede ser el caso típico de poner la oreja en una caracola y escuchar un peculiar ruido que nos recuerda al ruido del mar, pero... ¿qué es en realidad este ruido?

La explicación es muy sencilla: es el eco del ruido ambiental.



Al igual que la luz, que es blanca, y al incidir en superficies que las descomponen se puede apreciar sus colores (debido a su frecuencias de onda), en el aire hay un homólogo al ruido, el "ruido blanco". Este, al entrar en la caracola, va atravesando sus capas, haciendo que algunas ondas del sonido reboten, creando una reverberación, y otras penetren el material. Las ondas que coincidan con la frecuencia de resonancia del material lo harán vibrar, aumentando así dicho ruido.



Unos requisitos indispensables para poder hacer objetos con esta cualidad sonora, es que sean huecos, con un material rígido. De este modo fuimos haciendo como pruebas con objetos que fabricábamos con masilla o con cartón y papel film.












Una evocación ya más visual del mar puede ser la infinitud, pero... ¿como traer la infinitud del mar a nosotros? Al igual que antes hemos utilizado el eco auditivo, ahora utilizamos el eco visual. Mediante dos espejos enfrentados inmersos en un "trozo de mar" (una pequeña caja con arena y agua de mar) se podía ver, viendo en uno de ellos, una sucesión de mar que, con el ángulo adecuado, no se acababa.